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La revista medioambiental Nature nos arroja datos interesantes respecto a la situación de Europa en materia forestal ya que el porcentaje del área forestal cultivado ha aumentado hasta un 49%, pero esto queda solapado por el aumento de las talas constantes de árboles en un 69% ocasionadas por las empresas dedicadas a la silvicultura como las bioenergéticas o la industria del papel.

Debido a esto, el viejo continente experimenta una subida en los niveles de CO2 causado por la tala de árboles viejos, que absorben una mayor cantidad de este gas frente a la capacidad de absorción que tiene las especies más jóvenes que han sido plantadas recientemente.

Superficie forestal cultivada por año en la Unión Europea. /G. Ceccherini

Como se puede apreciar en el mapa satélite proporcionado por la revista, podemos distinguir que entre todos los países los que más han experimentado un descenso de la densidad forestal han sido los países nórdicos y la península Ibérica. Esto tiene su lógica ya que estos países cuentan con una industria potente relacionada con los sectores descritos anteriormente.

Las medidas adoptadas por Europa en materia de biodiversidad

Hace unos meses hemos sabido que Europa planea tomar medidas a gran escala para reducir el impacto que está teniendo la espacie humano en el continente y de esta forma intentar frenar la desertificación.

Son cuatro las grandes medidas que se llevarán a cabo:

  1. Plantar a lo largo de 10 años 3.000 millones de árboles.
  2. Reducir el uso de pesticidas en un 50%: el uso de este tipo de productos está acabando con animales polinizadores que resultan esenciales para la repoblación de diferentes tipos de vegetales.
  3. Aumentar el cultivo ecológico.
  4. Proteger las zonas marinas.

Durante varios años Europa ha intentado revertir el problema sin demasiado éxito, esto es debido a la envergadura de los proyectos ya que los que se han puesto en marcha se consideraban de baja relevancia. Pero parece que las nuevas medidas que se adoptarán a partir del 2021 marcarán un punto de inflexión en el medioambiente de nuestro continente. Siempre y cuando el número de la tala de árboles para la silvicultura no siga aumentando.